¡Ay, como me gusta la Semana Santa! Aunque ya pasó, quería compartir uno de mis trucos para intentar alargarlas: es el de hacer dulces de sobra. De esta manera cuando, pasada la Semana Santa, meriende una de esas delicias (rosas o torrijas este año por un poner) puedo seguir degustando y sintiendo, aunque sea por unos momentos, que aun estoy un poquito de vacaciones de Semana Santa.
Os dejo la foto que da testimonio de la encrucijada en la que me encontré uno de esos pasados días de Semana Santa.
Ah ! Si alguien quiere ir a la receta de las torrijas pincha aquí.
Muchos besos.
Comentarios
Me encantan las torrijas, tan jugositas y melosas... Y me niego a aceptar que solo se puedan comer en Semana Santa.
Aunque con lo que tienen que engordar...mejor una vez al año, jejeje
Un abrazo